SpaceX realizó este martes el décimo lanzamiento exitoso de su nave Starship desde su base en Texas, marcando un nuevo avance en el desarrollo del cohete más grande jamás construido, con más de 120 metros de altura. El despegue ocurrió poco después de las 18:30 horas locales y culminó con el amerizaje de la nave en el Océano Índico, donde se registró una explosión controlada tras su retorno.
Durante el vuelo, Starship logró desplegar satélites de simulación Starlink y activó correctamente uno de sus motores Raptor. El desacoplamiento del propulsor Super Heavy se realizó a una altitud de aproximadamente 86 kilómetros y una velocidad cercana a los 4,770 km/h. Aunque no se ha confirmado si el propulsor cayó en territorio mexicano o estadounidense, se informó que impactó en aguas del Golfo de México.
El lanzamiento se realizó en medio de protestas de grupos ambientalistas como Conibio Global, que se manifestaron en playas cercanas a la base de SpaceX en Texas. Las preocupaciones se centran en los efectos ambientales de los lanzamientos, especialmente tras tres intentos fallidos en el aire y uno en tierra que terminaron en explosiones previas.
Hasta el momento, no se han reportado afectaciones en zonas habitadas por la caída del propulsor, pero organizaciones civiles continúan monitoreando el impacto ambiental del programa.