Ya empezó la demolición de partes del Ala Este de la Casa Blanca que serán derribadas para construir un salón de baile para el presidente Donald Trump que se estima costará unos 250 millones de dólares y cuyas obras se dan en medio de recortes federales y de un prolongado cierre del gobierno.
«Me complace anunciar que ya han comenzado las obras en los jardines de la Casa Blanca para construir el nuevo y majestuoso Salón de Baile de la Casa Blanca», escribió el mandatario en una publicación de su red social Truth Social.
La Casa Blanca ha seguido avanzando con el proyecto de construcción a pesar de no tener todavía la aprobación de la Comisión de Planificación de la Capital Nacional, que aprueba las construcciones y grandes reformas en edificios gubernamentales del área de Washington, reportó la agencia AP.
Will Scharf, presidente de esta comisión y secretario del personal de la Casa Blanca, además de ser uno de los principales asesores de Trump, había dicho en septiembre que la Comisión no tiene jurisdicción sobre las labores de demolición ni sobre los trabajos de preparación del terreno para construcciones en propiedad federal, solo sobre «básicamente la construcción en sí, el levantamiento vertifical de los edificios».
Trump había prometido que la construcción del gran salón no “interferiría” con el edificio existente. «Estará cerca, pero sin tocarlo, y respetará totalmente la estructura existente, de la cual soy su mayor admirador”, había dicho en julio.
Sin embargo, entre las vallas con las que han rodeado el lugar, pudo verse el lunes una retroexcavadora destrozando la estructura del Ala Este. Un funcionario de la Casa Blanca confirmó bajo anonimato a The Washington Post que habían comenzado las obras de demolición y que otras partes del proyecto, como la preservación de objetivos de valor histórico, la preparación del terreno, la tala de árboles, se habían puesto en marcha desde hace varias semanas.

