
Un día como hoy en 1910: se crea la Universidad Nacional de México
El 26 de mayo de 1910, el presidente Porfirio Díaz firmó el decreto de creación de la Universidad Nacional de México, antecedente directo de lo que hoy conocemos como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), una de las instituciones educativas más importantes de América Latina.
El proyecto fue impulsado por el entonces secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes, Justo Sierra, quien promovía una educación superior laica, científica y nacionalista. Con la creación de esta casa de estudios, se buscaba consolidar un sistema educativo moderno en el país, en sintonía con los ideales del Porfiriato de orden y progreso, pero también con una visión de apertura al pensamiento crítico y el conocimiento universal.
La Universidad Nacional nació con la misión de reunir a las escuelas de educación superior ya existentes: Derecho, Medicina, Ingeniería, Bellas Artes y otras, en una sola institución que ofreciera formación integral y fomentara la investigación científica y humanística.
La ceremonia de inauguración oficial se realizó el 22 de septiembre de 1910, como parte de los festejos por el Centenario de la Independencia. En aquel momento, el país vivía tensiones sociales que desembocarían meses después en la Revolución Mexicana. Aun así, el proyecto universitario logró mantenerse y evolucionar con el paso del tiempo.
En 1929, durante el gobierno de Emilio Portes Gil, la Universidad Nacional obtuvo su autonomía, adoptando el nombre con el que la conocemos actualmente: Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Esta autonomía le otorgó la capacidad de autogobernarse, elegir a sus autoridades y definir sus planes de estudio sin intervención del poder político.
Hoy, la UNAM es símbolo de identidad, excelencia académica y compromiso social. Cuenta con una vasta comunidad estudiantil y docente, presencia internacional, y ha sido cuna de premios Nobel, presidentes, intelectuales y artistas.
La creación de la Universidad Nacional en 1910 marcó un antes y un después en la historia de la educación superior en México, sentando las bases para el desarrollo del pensamiento crítico, científico y humanista que ha caracterizado a generaciones enteras de mexicanos.