Agenda naranja

Desamparando a la ciudadanía

Imposible pensar que se trata de una legislación objetiva, pues el oficialismo imperante en estos tiempos solo justifica lo que le es ordenado.

Como si las instituciones públicas estuvieran para defender al poder y no a la ciudadanía, el oficialismo vulneró una de las herramientas que más protegían a las personas en nuestro país. Morena y aliados (o cómplices, que para estos casos es el calificativo más exacto) asestaron un golpe inédito al juicio de amparo.

Por más que los corifeos del régimen, entre ellos incluso reputados estudiosos del derecho oficialistas, hicieron para justificar el movimiento jurídico en contra de las libertades y los actos de la ciudadanía, lo que hicieron no tiene razón.

De madrugada, en medio de una total falta de respeto a las garantías individuales por las que nuestro país podría llamarse democrático, se incluyó una reserva para que lo aprobado se aplique a las etapas pendientes de resolverse actualmente en los tribunales. Así de desaseado, aunque se justifique diciendo que se trata de asuntos “que aún no han sido resueltos”.

Son asuntos que ya están en los juzgados, pero se regirán por una ley posterior al momento de haber iniciado su trámite. Así.

Imposible pensar que se trata de una legislación objetiva, pues el oficialismo imperante en estos tiempos solo justifica lo que le es ordenado. Y se sabe que esas órdenes llegan desde lo más alto de otro Poder.

Lamentable, pero cierto: para proteger el interés del gobierno, se ha vulnerado el interés de la ciudadanía. Hoy dicen que lo que hizo el oficialismo tiene dedicatoria contra aquellas personas que aprovechan los vericuetos legales para tomar ventaja y, por ejemplo, no pagar impuestos.

Pero no es así.

Lo que el oficialismo aprobó tiene como consecuencia un juicio de amparo inoperante para, por ejemplo, la protección de grupos organizados de la sociedad como los colectivos de padres de familia que lograron mediante amparos, obligar al gobierno federal anterior a proveer a sus hijos de medicamentos que les habían sido negados repetidamente.

Con las modificaciones que realizó el oficialismo, ya no será posible establecer una acción colectiva. Cada persona deberá intentar un juicio que no será aplicable a otros casos de abuso de autoridad, aunque sea la misma acción oficial la que les afecte.

Entramos entonces a una era en la que el oficialismo cada vez se va empoderando más, y la ciudadanía cada vez queda más indefensa ante los abusos del poder.

Pronto veremos los efectos nocivos de lo aprobado ayer, desafortunadamente. Y también desafortunadamente quedarán lejos en el tiempo las nuevas narrativas del abuso del poder, como si de esa forma quisiera el oficialismo esquivar el juicio de la historia.

En una entrevista que me hizo el periodista Ciro Gómez Leyva unas horas después de concluida la infausta sesión, me dijo que mi voz sonaba algo desanimada. Pero el sentimiento que me definiría en esos momentos sería: indignada.

De esa indignación también ha nacido un nuevo motivo para seguir en la batalla contra las injusticias. Y seguiremos dando esa batalla, sin claudicar. De eso se trata, ahora más que nunca.

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