Científicos de la Universidad Estatal de Ohio desarrollan computadoras vivientes alimentadas por hongos

Los científicos han descubierto que los hongos pueden actuar como dispositivos de memoria orgánica, imitando la actividad neuronal con un consumo mínimo de energía. El equipo de la Universidad Estatal de Ohio cultivó y entrenó hongos shiitake para que funcionen como chips de computadora, capaces de cambiar entre estados eléctricos miles de veces por segundo. Estos circuitos fúngicos son biodegradables y de bajo costo, lo que abre la puerta a la computación sostenible.

Los hongos son conocidos por su dureza y sus inusuales propiedades biológicas, cualidades que los hacen atractivos para la bioelectrónica. Este campo emergente fusiona la biología y la tecnología para diseñar materiales innovadores y sostenibles para los sistemas informáticos del futuro.

Investigadores de la Universidad Estatal de Ohio descubrieron recientemente que hongos comestibles, como los hongos shiitake, pueden cultivarse y controlarse para que funcionen como memristores orgánicos. Estos componentes actúan como células de memoria que retienen información sobre estados eléctricos previos.

Sus experimentos demostraron que los dispositivos basados ​​en hongos podían reproducir el mismo comportamiento de memoria observado en chips semiconductores. También podrían permitir la creación de otras herramientas informáticas ecológicas, similares a las del cerebro.

La electrónica fúngica no es una idea nueva, pero se está volviendo cada vez más práctica para la computación sostenible. Dado que los materiales fúngicos son biodegradables y económicos de producir, pueden ayudar a reducir los residuos electrónicos. En contraste, los semiconductores convencionales suelen requerir minerales raros y grandes cantidades de energía para su fabricación y funcionamiento.

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