Aumenta la tensión en el Caribe donde Estados Unidos y Venezuela aumentan sus activos militares en espera de una posible confrontación, y aunque el presidente estadounidense Donald Trump insiste en que sólo es un despliegue preventivo para evitar la salida de drogas y narcotraficantes, según el senador republicano, Lindsey Graham. Estados Unidos evalúa un ataque militar contra el narcotráfico en Venezuela y Colombia.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, respondió a Estados Unidos ante la posibilidad de ataques terrestres de Washington en suelo colombiano y venezolano como parte de su lucha contra el narcotráfico. El presidente Gustavo Petro advirtió a Washington que no intente atacar su territorio.
En una publicación en su cuenta de X, el mandatario colombiano aseguró que a Graham se le olvida la «historia específica» de su país y enfatizó en que «el pueblo colombiano», cuando es «agredido», «se va en masa a las montañas y se arma y sus guerreros son invisibles».
En tanto Venezuela informó este lunes que se está desmantelando una célula mercenaria en su territorio financiada por la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA), que estaría vinculada a la planificación de un ataque de falsa bandera a un buque militar estadounidense estacionado en Trinidad y Tobago.
El objetivo de esta operación, que fue notificada por Caracas al gobierno trinitense, era culpar a la república bolivariana del ataque a la nave para justificar el desencadenamiento de un conflicto militar.
“Al gobierno de Trinidad le dimos todas las pruebas; ya a Estados Unidos no le damos ninguna prueba, la última vez que lo hicimos fue cuando el incidente de la embajada estadunidense en Caracas, y lo que hicieron fue salir a proteger a los terroristas”, explicó el presidente, Nicolás Maduro, y precisó que el gobierno de Trinidad y Tobago “tomó nota” de la información. “Saben que esto es verdad”, dijo.
Detalló que entre el sábado en la noche y domingo en la madrugada se capturó a un grupo de mercenarios financiados por la CIA vinculados con el plan de “autoataque”. Lamentó que esta operación haya contado con la anuencia de la primera ministra trinitense, Kamla Persad-Bissessar, a quien llamó “alcahueta”.
Maduro relató que ya han sido descubiertas y desmanteladas tres operaciones terroristas preparadas por Estados Unidos. La primera fue el atentado frustrado que pretendía hacer estallar el monumento a la victoria soviética en la Gran Guerra Patria, en el sector Plaza Venezuela de Caracas. La segunda fue el plan para explotar una bomba en las instalaciones de la antigua embajada estadunidense. Y la tercera es este “autoataque” en Trinidad y Tobago que pretendía desatar una guerra contra Venezuela.
“Afortunadamente tenemos un buen equipo de inteligencia y contrainteligencia”, expresó el presidente venezolano. Y agregó que, además de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y la Policía Nacional Bolivariana, el país cuenta con la cooperación de “muchos organismos de inteligencia internacionales, muchos”.
El ministro de Relaciones Interiores, Diosdado Cabello, informó que, además de las capturas realizadas el fin de semana, este lunes fueron detenidas tres personas más vinculadas a la complot. Detalló que estas personas tenían en su poder “manuales de ejecución de la Agencia Central de Inteligencia”. Dijo que los capturados intentaron borrar información de sus teléfonos al momento de su detención, pero lo que los organismos de seguridad encontraron en dichos aparatos “es oro puro”, al aludir a información que vincula a la CIA con sectores que “odian a Venezuela”.
Durante la transmisión de su programa semanal de televisión, Maduro confirmó el anuncio hecho más temprano por la vicepresidenta Delcy Rodríguez sobre la suspensión del convenio de cooperación energética que mantienen Venezuela y Trinidad y Tobago.
Maduro explicó que Trinidad “agotó sus reservas de gas”, y Venezuela le ofreció un acuerdo de suministro con ventajas, siguiendo la línea de solidaridad con los pueblos del Caribe inaugurada por Hugo Chávez bajo el esquema de Petrocaribe. Sin embargo, indicó que, “ante la amenaza de la primera ministra de “convertir a Trinidad y Tobago en el portaviones del imperio estadunidense contra Venezuela”, aprobó como medida cautelar suspender esa cooperación. “Suspendido todo”, enfatizó.
Agregó que está elevando la consulta al Consejo de Estado, máximo ente constitucional para la toma de decisiones de seguridad, para evaluar si esta medida se transforma en una de carácter “estructural” y de mayor profundidad en esta materia.
Según reportaron agencias de noticias internacionales, un par de bombarderos B-1B sobrevolaron aguas del Caribe frente a la costa de Venezuela el lunes. El origen de esta información son datos de seguimiento de vuelos provenientes del portal web Flightradar24. Dichos datos muestran que los dos bombarderos, que despegaron de una base aérea en el estado de Dakota del Norte, en Estados Unidos, volaron de manera paralela a la costa venezolana antes de desaparecer de la vista.
Esta sería la tercera vez, siempre según información de portales web dedicados al tracking de vuelos, que unidades militares estadounidenses se aproximan a territorio venezolano. Otro bombardero B-1B habría volado cerca de la costa venezolana la semana pasada y un par de B-52 lo habrían hecho la semana anterior.
El domingo llegó a Puerto España, capital trinitense, el buque destructor estadounidense Gravely, posiblemente el blanco del ataque de falsa bandera denunciado por Venezuela. Además, Washington ordenó al grupo de ataque del portaaviones Gerald R. Ford que se dirija a América Latina para sumarse al contingente de la operación militar que mantiene en el Caribe y que supuestamente tiene como fin combatir el narcotráfico, aunque varios informes de medios estadounidenses han revelado que el objetivo final es lograr un “cambio de régimen” en Venezuela.

