Este 22 de noviembre de 2025, la Policía Federal de Brasil arrestó preventivamente al expresidente Jair Bolsonaro, tras una orden emitida por el Supremo Tribunal Federal (STF). La medida responde a un “riesgo concreto de fuga” y un posible desorden público, justo días antes de que Bolsonaro comenzara a cumplir una condena de 27 años y tres meses de prisión por liderar un intento de golpe de Estado.
¿Por qué detuvieron a Bolsonaro?
Bolsonaro estaba bajo prisión domiciliaria desde el 4 de agosto de 2025, con un dispositivo de monitoreo electrónico (tobillera), como parte de las restricciones impuestas tras su condena por golpismo. Sin embargo, el STF cree que existe un riesgo real de que intente escapar.
El juez Alexandre de Moraes, quien dirige el caso, menciona que Bolsonaro habría intentado quitar la tobillera electrónica, lo que reforzó las sospechas.
Además, señala que la “vigilia” convocada por su hijo, el senador Flávio Bolsonaro, frente a su residencia pudo crear la “confusión” ideal para una fuga.
La detención se llevó a cabo alrededor de las 6:00 a. m., cuando agentes de la Policía Federal ingresaron a su domicilio en Brasilia para ejecutar la orden. Bolsonaro fue trasladado a la Superintendencia de la Policía Federal en Brasilia, donde permanecerá en una sala especial. De acuerdo con medios locales, esta “sala de estado” está destinada a figuras de alto perfil: tiene baño privado, aire acondicionado, televisión y atención médica las 24 horas, dado el delicado estado de salud de Bolsonaro.
¿Qué hicieron sus abogados?
La defensa del exmandatario anunció que apelará la decisión del STF: consideran que su salud podría empeorar en prisión, y aseguran que las acusaciones de intento de fuga carecen de fundamento real.
Sus abogados también cuestionan que la detención se base en la vigilia convocada por Flávio Bolsonaro, argumentando que se trata de un derecho constitucional a la reunión y la libertad religiosa.
Bolsonaro fue condenado por organizar una red criminal con fines golpistas luego de perder las elecciones de 2022 frente a Luiz Inácio Lula da Silva.
El “golpe” implicaba un plan para desestabilizar el sistema democrático y para lograrlo habría utilizado una organización criminal armada, según el fallo del STF.
La sentencia de 27 años es una de las más duras en la historia política brasileña reciente, y aunque su defensa intentó apelar para que cumpliera su condena en casa por motivos humanitarios, esto no impidió que se decretara su prisión preventiva.
¿Por qué ahora?
La decisión de arresto preventivo no se trata simplemente de ejecutar la sentencia, sino de evitar una posible fuga y preservar el orden público. Las autoridades señalan que los movimientos recientes, como la vigilia organizada por sus seguidores y el intento de manipular su dispositivo de monitoreo, hicieron que la situación se tornara más peligrosa.
¿Qué sigue para Bolsonaro?
Ahora Bolsonaro queda en custodia de la Policía Federal mientras se revisan sus recursos ante el STF. La apelación de su defensa podría determinar si regresará a arresto domiciliario o permanecerá en la sede policial hasta que se definan sus próximos pasos legales.
Este golpe en su estrategia judicial marca un momento clave: el exmandatario tiene ahora menos margen para maniobrar, y las autoridades apuestan por que su condena no solo sea simbólica, sino efectiva.
