El negocio de los carteles de las drogas se amplía, ahora generan franquicias con grupo criminales más pequeños, señala investigación periodística

Las organizaciones criminales construyen con sus acciones una reputación, por lo general mala, pero esta reputación se vuelve una especie de marca comercial . Las organizaciones de mayor tamaño son reconocidas por muchas personas, incluso hay lugares en donde nunca han llegado a operar los Zetas, el Cártel de Sinaloa o el Cártel Jalisco Nueva Generación, pero la gente identifica sus nombres , en ocasiones también el de sus líderes, incluso en el extranjero.

Lo anterior se señala en la investigación de Animal Político sobre el crecimiento de territorios ocupados y/o dominados por los diferentes carteles de la droga en México, en la que se plantea la posibilidad de que las nuevas áreas bajo el dominio de una u otra organización criminal no sean necesariamente invasiones físicas, sino acuerdos con grupos delictivos locales para hacerse cargo de las “plazas” o franquicias.

Un claro ejemplo de este esquema de franquicias es la Barredora en Tabasco , que se conformaba por una banda de robo de combustible que con el acompañamiento e impulso de funcionarios corruptos, encabezados por Hernán Bermúdez, registrada una alianza con el Cártel Jalisco Nueva Generación y actuaron durante años a través de esa marca. Hasta 2023, que se dio el rompimiento y comenzó a pelear entre ellos, desatando la violencia que hoy vive Tabasco.

Se asegura en el texto que el conocimiento de las denominaciones de los cárteles ha dado pie al surgimiento de tres fenómenos encadenados. El primero es la suplantación de las organizaciones.

Es decir, bandas pequeñas locales que con el objetivo de aprovechar el miedo que generan los grandes cárteles, se hacen pasar por los mismos para extorsionar a la población. Evidentemente estas bandas corren el riesgo de que la organización criminal más grande los descubra y los castigue, pero es un fenómeno que, a pesar del riesgo, es muy común sobre todo en las extorsiones telefónicas .

El segundo de los fenómenos es copiar la forma de operar y sus estrategias . Es decir, no tomar el nombre de la organización, pero sí tratar de emular a las más temidas, como una manera de generar miedo en la población. Por ejemplo, algunas organizaciones comenzaron a realizar vídeos con ejecuciones y pronto otras las copiaron; lo mismo sucedió con el uso de explosivos, el bloqueo de avenidas, ataques con drones, uso de minas terrestres, así como otras técnicas.

Mientras que el tercero de los fenómenos es la creación de franquicias , en donde una organización local que ya existía llega a un acuerdo con la organización de mayor tamaño para usar su nombre en un territorio, un cambio de un porcentaje de las ganancias, de que la nueva rama sume a los esfuerzos en los proyectos de la mayor y que contribuya a la defensa común de los territorios.

Con las franquicias, para la organización más pequeña la ganancia es evidente: obtiene la posibilidad de utilizar una marca que genera más temor en la población , no es lo mismo presentarse en un comercio y decir que uno viene de parte del Cártel Jalisco Nueva Generación, por citar un ejemplo, que hacerlo con nombre de la banda de los Judas, por utilizar un nombre ficticio, con el cual la gente aún no está familiarizada y que pueden pasar años antes de construir una reputación que imponga miedo.

También las pequeñas organizaciones al sumarse a una matriz de mayor tamaño a través de una franquicia obtienen acceso a mercados mayores e insumos a mejor precio. Por ejemplo, si roban combustible pueden usar los contactos de la organización madre para venderlos o también obtener drogas a un mejor precio, de tal forma que terminarán aumentando sus ganancias.

Pero también la organización de mayor tamaño se beneficia, porque no tiene que comenzar de cero en su expansión en un nuevo territorio , sino que aprovecha el capital humano, las conexiones y los insumos que ya tiene la banda local, que con el impulso económico que recibe puede crecer, generándose un efecto favorable en su solidificación.

Este proceso es más común de lo que parece. De hecho, explica en gran medida los procesos de expansión que en el pasado tuvieron los Zetas y los Caballeros Templarios, que en pocos años se extendieron a varios estados, pero también el crecimiento que siguen teniendo organizaciones como el Cártel Jalisco Nueva Generación o la Familia Michoacana.

El que las organizaciones criminales de mayor tamaño tengan franquicias también ha generado situaciones absurdas, por ejemplo, el enfrentamiento de dos células criminales que pertenecían a la misma organización, como cuando entre 2012 y 2014 los Cabrera y los Dannys , ambos ligados al Cártel de Sinaloa, comenzaron a pelear por el control de los municipios que conforman la laguna en la frontera de Durango y Coahuila.

O pueden retroceder en el proceso de asociación un ejemplo de esto es la descomposición de muchas de las organizaciones locales que había reclutado por Arturo Beltrán Leyva para su cártel en Guerrero, Morelos, Ciudad de México y Estado de México y cuando fue abatido en 2009 , se fragmentaron y se volvieron organizaciones independientes como los Rojos, Guerreros Unidos, los Ardillos, la Mano con Ojos o los Granados.

Esto debe replantear la forma en la que estudiamos las organizaciones criminales y la manera en la que las autoridades las combaten, entendiendo que no se tratan estructuras monolíticas y verticales, sino redes de cooperación que concentran a muchas unidades en su interior.

https://www.animalpolitico.com/analisis/invitades/carteles-droga-franquicias

Comparte este artículo
No hay comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Salir de la versión móvil