Hola Paisano

Hola Paisano

El precio de la desigualdad: la brecha salarial que empuja a migrar


Ciudad de México, 18 de abril 2025.- Por cada jornalero que cruza la frontera en busca de un salario digno, hay una historia que se repite con matices distintos, pero con una causa común: la desigualdad. La abismal brecha salarial entre México y Estados Unidos no solo es una cifra económica; es un motor silencioso pero constante de la migración laboral, una brújula que guía a millones hacia el norte con la esperanza de un mejor futuro.
Las cifras hablan por sí solas. Vamos a ponerlo más claro. En Estados Unidos, un trabajador agrícola puede ganar hasta diez veces más que en México realizando exactamente las mismas labores. Y si hablamos de profesiones como la ingeniería o la medicina, la diferencia se dispara: hasta catorce veces más ingreso por el mismo talento, por la misma vocación. No es que falte capacidad en México; lo que falta es una estructura que la remunere con justicia.
Esta disparidad no surge de la nada. Es consecuencia de décadas de diferencias estructurales en desarrollo económico, acceso a educación, políticas laborales y oportunidades reales. Mientras en Estados Unidos los trabajadores cuentan, al menos en teoría, con protecciones laborales y mejores salarios mínimos, en México muchos apenas sobreviven con lo que ganan, sin prestaciones, sin seguridad social, y con una informalidad rampante que erosiona cualquier intento de progreso.

Pero el fenómeno migratorio no es solo un reflejo de carencia. También es un acto de contribución. Los migrantes mexicanos sostienen con su trabajo buena parte de los sectores productivos de Estados Unidos: agricultura, construcción, servicios, manufactura. Y a la vez, sostienen con sus remesas a millones de familias mexicanas, aportando una inyección económica vital que, en 2023, superó los 63 mil millones de dólares. Una cifra récord, que no se logra desde el discurso del privilegio, sino desde el esfuerzo, muchas veces desde la precariedad.
Sin embargo, esta relación de interdependencia se mueve en una cuerda floja. Muchos migrantes, especialmente aquellos que cruzan sin documentos, enfrentan condiciones laborales inhumanas: explotación, jornadas extenuantes, viviendas insalubres y ausencia total de derechos laborales. Se benefician ambas economías, sí, pero ¿a qué costo humano?
Programas como las visas temporales H-2A y H-2B deben ampliarse, pero sobre todo, dignificarse. No se trata solo de ofrecer empleo legal, sino de asegurar que ese empleo esté protegido por un marco de derechos, justicia y equidad.
Y por otro lado, México también tiene una tarea pendiente: construir un país en el que migrar no sea una necesidad sino una opción. Donde un ingeniero no tenga que elegir entre su vocación y su supervivencia. Donde un campesino pueda alimentar a su familia sin tener que cruzar desiertos.
El sistema necesita reformas profundas. No basta con reconocer el valor del trabajo migrante; es urgente garantizar sus derechos, capacitarlos, prepararlos, que logren certificarse para lograr una mejor perspectiva laboral; instituciones serias en México como “Impulsa tu Futuro” resultan ahora más que nunca necesarias; muchos de nuestros paisanos se están acercando.
Y si me permiten un paréntesis “Impulsa tu Futuro” opera como un centro gestor educativo y de capacitación. Trabaja con universidades gestiona la obtención rápida y eficiente de certificados de bachillerato, títulos de licenciatura, maestría y doctorado a través del acuerdo 286 SEP.


Vale insistir: La brecha salarial es, en el fondo, una brecha de oportunidades. Mientras no la cerremos, seguiremos viendo partir a quienes deberían estar construyendo aquí el futuro.
Sígueme en mis redes sociales.
X @DANIELLEE69495

18 thoughts on “Hola Paisano

Responder a Rosa Jiménez Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *