Investigadores suizos crearon la primera bioimpresora del tamaño de una píldora que se puede tragar

Investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Lausana, en Suiza, lograron crear  la primera bioimpresora miniatura que se puede tragar y guiar dentro del tracto gastrointestinal, donde deposita directamente biotinta sobre los tejidos dañados para favorecer la reparación.

La bioimpresión, por otro lado, requiere contacto con el tejido. Ahora, un equipo del Laboratorio de Tecnologías de Fabricación Avanzadas de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) ha creado el MEDS (Sistema de Deposición Endoluminal Magnética): la primera bioimpresora ingerible que puede guiarse hasta las zonas afectadas para imprimir tejido dentro del cuerpo.

Las lesiones de tejidos blandos del tracto gastrointestinal, como úlceras o hemorragias, actualmente solo pueden tratarse con algún tipo de cirugía, la cual es invasiva y puede no resultar en una reparación permanente. La bioimpresión se perfila como un tratamiento eficaz que deposita «tinta» biocompatible —a menudo hecha de polímeros naturales derivados de algas— directamente sobre el tejido dañado, creando una estructura para el crecimiento de nuevas células. Sin embargo, al igual que las herramientas quirúrgicas tradicionales, este tipo de bioimpresoras suelen ser voluminosas y requieren anestesia.  

Al mismo tiempo, se están desarrollando tecnologías «sin ataduras» para realizar intervenciones médicas sin conexión física a equipos externos. Por ejemplo, las «cápsulas inteligentes» ingeribles pueden guiarse a los puntos de administración de fármacos mediante imanes externos. Sin embargo, estos dispositivos están diseñados para desplazarse a través de líquidos, y sus movimientos se vuelven impredecibles al tocar la pared del tejido.

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