La familia real británica está por iniciar una nueva etapa. Kate Middleton y el príncipe William se mudarán en noviembre a Forest Lodge, una histórica mansión ubicada dentro del Gran Parque de Windsor, que será su “hogar de por vida”, según fuentes cercanas al Palacio.
La residencia, rodeada de bosques centenarios y caminos privados, ha sido renovada con fondos personales y representa un giro definitivo hacia la privacidad, la estabilidad familiar y una vida más alejada del protocolo urbano. Forest Lodge cuenta con jardines amplios, arquitectura georgiana y espacios diseñados para el descanso, el trabajo institucional y la crianza de sus tres hijos: George, Charlotte y Louis.
La mudanza ocurre en un momento clave para Kate, quien continúa su recuperación médica en privado y ha retomado gradualmente sus funciones públicas. El nuevo hogar no solo ofrece discreción, sino también cercanía con el castillo de Windsor, donde el rey Carlos III mantiene residencia oficial.
Además de su valor histórico, Forest Lodge simboliza una nueva narrativa para los príncipes de Gales: menos exposición, más conexión familiar y una apuesta por el equilibrio entre deber real y vida cotidiana. La propiedad ha sido descrita como “un refugio emocional” y “una inversión en el futuro de la monarquía”.