Visita a Japón, una potencia resiliente (2)
Día 3. El barrio Ueno de Tokio Mientras la agencia de viajes ofertó para este día un tour de ida y vuelta a Nikko al que la mayoría del grupo (36 de 40) se unió, tres amigas y yo decidimos quedarnos en el hotel Candeo Ueno Coen y explorar los atractivos de la zona. Sólo a unos metros, cruzando la vía del tren, localizamos el Parque Ueno y muchos atractivos.
Nos tocó presenciar la instalación de stands de la “Festival de Medio Otoño Ueno del Panda 2025”, un evento anual para conmemorar la normalización de relaciones diplomáticas entre China y Japón (septiembre de 1972). Por ese motivo el Parque Ueno recibió de la compañía china Kuizhou Moutai, su licor tradicional y un par de pandas gigantes: Lang Lang y Kang Kang. Nos enteramos después, lástima, que es muy recomendable visitar el zoológico de Ueno en la capital tokiota porque desde entonces ahí viven pandas gigantes.
Actualmente alberga a los jóvenes Lei Lei (hembra) y Xiao Xiao (macho), nacidos en 2021. La oferta museográfica de Ueno es variada: el Museo Nacional de Tokio, fundado en 1872, es el más antiguo y más grande de Japón, posee una extensa colección de objetos de valor arqueológico y artístico de varias eras de la historia japonesa y asiática.
Es un lugar ideal para familiarizarse con la historia y cultura del país en donde los adultos mayores de 70 años pasan gratis, sin hacer fila. En los jardines del parque nos encontramos una estatua del doctor Hideyo Noguchi (1876-1928), nacido en Fukushima fue el bacteriólogo que descubrió el virus causante de la fiebre amarilla.
Su legado a la humanidad no pudo evitar que muriera a causa de esa enfermedad. Durante sus estudios auspiciados por la Universidad de Pensilvania y el Instituto Rockefeller de Investigación Médica, Noguchi visitó Mérida, Yucatán, donde avanzó en su investigación.
En el parque también se encuentra una réplica gigante de El Pensador, de Auguste Rodin. En Ueno hay un lago, el Shinobazunoike -que por ser otoño se encontraba lleno de flores de loto- ubicado en el centro del templo Bentendo dedicado a la diosa de la prosperidad, Benzaiten, venerada tanto en el budismo como en el sintoísmo.
En la fachada del templo hay un ‘gong’ que se toca con una cuerda para que la diosa escuche las peticiones del visitante y un incensario inmenso para ofrendarla. Mercado Ameyoco Salimos del parque Ueno por la parte norte y nos encontramos con el mercado Ameyoko.
Su nombre es una abreviatura de “Ameya Yokocho” (callejón de los dulces), y eso fue tradicionalmente, pero actualmente es una populosa y surtida zona comercial con alimentos frescos, frutas, verduras y pescado, también hay dulces, artículos de vestir, perfumes, bolsas y ropa tradicional. Cuenta con restaurantes, donde la especialidad es el pescado. Volvimos a comer comida italiana y cerveza japonesa a un precio más económico.
Hay videos de youtubers que comparan este mercado con el deTepito de la CDMX. Se localiza entre las estaciones Okachimachi y Ueno de la línea circular del metro Yamanote.
Día 4. Osaka, centro económico y espacio liberador Otro día que comenzó con un bien surtido desayuno japonés a base de frutas como pitahaya blanca, melón, ciruelas, caldos con ramen y huevo duro, omelets, salchichas, café, te, leche y panecillos dulces y salados.
Luego de desayunar, nos trasladamos con maletas a bordo del tren bala Shinkansen, de Tokio al suroeste de Japón, a la ciudad de Osaka, uno de los centros económicos más importantes del Japón, con poco más de 19 millones de habitantes en su región metropolitana.
En poco más de dos horas recorrimos alrededor de 500 kilómetros. El tren bala es un formidable transporte que da ejemplo de cómo usar la tecnología avanzada para mejorar la calidad de vida de los habitantes y hacer más redituable el tiempo de los turistas extranjeros.
Osaka surgió inicialmente como un puerto regional clave durante el período Kofun (300-538 d. C.) y sirvió dos breves periodos como capital imperial (en 645 y 744 d.C.), antes de convertirse finalmente en una de las ciudades más grandes y culturalmente significativas de Japón.
Castillo de Osaka Visitamos el castillo de Osaka en el corazón de la ciudad, construido en el siglo XVI. Es uno de los ejemplos más bellos de la arquitectura japonesa, además de ser un inmejorable mirador de esa bella ciudad. Nos conformamos con tomar una foto del recuerdo, pues el museo estaba cerrado.
Por la tarde nos condujeron a la zona de Shinsaibashi, antiguamente un distrito teatral y hoy se caracteriza por su atmósfera excéntrica con grandes letreros luminosos, un centro popular de vida nocturna y espacio liberador para el japonés bien portado, cuya educación le exige una conducta discreta de contención emocional permanente.
El espacio liberador abarca el canal Dotonbori, uno de los seis conductos formados por el río Ota. Ahí abordamos una embarcación para hacer un tour, centenas de turistas y lugareños en las márgenes del estrecho acueducto permanecían apostados afuera de los comercios y en los puentes, entre edificios adornados con gigantescos, fantasiosos y rutilantes anuncios publicitarios de neón.
En la travesía de alrededor de 30 minutos una joven animadora japonesa con voz aniñada, micrófono en mano levantaba el ánimo a los paseantes a quienes, en un inglés ininteligible, invitaba a imitarla con mímica de aplausos y saludos a los transeúntes (bye, bye decía, una y otra vez).
Siguiendo el juego, los de tierra firme contestaban el saludo agitando las manos o haciendo exageradas pantomimas, como un hombre en bata quien al paso de la embarcación en gesto teatral mostró la pierna desnuda para con los brazos en alto señalar un centro de diversión.
Después del paseo, caía la oscuridad vespertina, y sobresalían en Sinsaibashi, gigantescos anuncios de neón con representaciones ingeniosas de personajes, como un cangrejo rojo o el Glico-man que representa a un atleta con los brazos en señal de victoria, y muchos personajes o productos coloridos del imaginario japonés. Probamos el platillo especialidad de la zona, el Takoyaki, un popular bocadillo callejero hecho a base de bolitas de harina de trigo rellenas de pulpo. Luego, en el restaurante Ajinoya, carne, ramen y papas junto con una cerveza japonesa clara.
Continuará…

