Un grupo internacional de científicos ha descubierto cómo la especie de murciélago más grande de Europa caza y devora aves pequeñas. Cada año, miles de millones de aves cantoras migran entre sus zonas de reproducción y de invernada. Muchas especies optan por volar a gran altura y durante la noche, una estrategia que les ayuda a evitar a los depredadores diurnos. Sin embargo, la oscuridad no garantiza la seguridad: los murciélagos son cazadores activos después del atardecer.
Los investigadores acompañaron eficazmente al murciélago más grande de Europa, el nóctulo mayor (Nyctalus lasiopterus), equipándolos con mochilas en miniatura equipadas con biorregistradores creados en la Universidad de Aarhus . Estos dispositivos registraban el movimiento, la altitud, la aceleración y el sonido (incluida la ecolocalización), lo que permitió a los científicos observar cómo los murciélagos localizan y capturan presas a más de un kilómetro de altura en completa oscuridad.

El estudio reveló que los nóctulos mayores pueden ascender al cielo nocturno para cazar aves desprevenidas. A diferencia de muchos insectos, las aves no pueden detectar las llamadas de ecolocalización de los murciélagos y, a menudo, ignoran la amenaza que se aproxima hasta que es demasiado tarde para evadir su captura.
El éxito de los murciélagos reside en sus potentes llamadas de ecolocalización de baja frecuencia, que les permiten detectar objetivos a largas distancias. Una vez que identifican un ave, se acercan rápidamente, señalizados por una serie rápida de pulsos cortos de ecolocalización justo antes del ataque.
Durante estos descensos, que duraron 30 y 176 segundos respectivamente, los murciélagos aumentaron la velocidad y la fuerza de sus alas mientras triplicaban su aceleración y producían un flujo constante de llamadas de ataque.
En un caso, el murciélago que se zambulló durante 30 segundos finalmente abandonó la persecución (después de todo, las aves pueden ser tan ágiles en el aire como los murciélagos).