TAMAULIPAS, A MITAD DEL CAMINO

El gobierno de Américo Villarreal Anaya, en Tamaulipas, está justo a la mitad. Se cumplieron tres años de una gestión cuyo inicio fue sumamente complicado. Para empezar, porque la opacidad y la mala fe prevalecieron una vez que su antecesor supo que había perdido la elección. No pudo dejar a un gobernador cómplice que le cubriera las espaldas. Para Villarreal Anaya fue como tomar el timón de un avión a ciegas.

No hubo procesos de entrega-recepción, fundamentales en cualquier relevo de mandos, ya sea en una empresa privada o en un gobierno. Francisco Javier García Cabeza de Vaca huyó del estado días antes de terminar su gestión. No se presentó a la toma de protesta del gobernador entrante. Sabía que ya tenía varias investigaciones estatales y federales abiertas por delitos graves. Desde entonces permanece prófugo.

Además, las instituciones del estado estaban copadas por los leales al panista Cabeza de Vaca. Preparó todo para tender un manto de impunidad que hasta la fecha lo mantiene libre. Parte de la estrategia fue obstaculizar el andar del nuevo gobierno. Mantuvo bajo su control a la Fiscalía de Justicia de Tamaulipas. Dejó incrustados a sus incondicionales en El Poder Judicial del Estado. El exrector de la Universidad Autónoma de Tamaulipas se dedicó a crear ruido político.

Frente a todo eso se actúa con la ley en la mano para acabar con la impunidad y castigar los desvíos del pasado. Aún hay expedientes abiertos por ello.

Ya todo eso cambió. Además, los municipios más importantes hoy son gobernados por alcaldes de Morena. Hay una mejor coordinación, entendimiento y respeto. Se recuperó al estado y sus instituciones en beneficio de la gente.

A pesar del arranque tan caótico, el trabajo y los proyectos no se detuvieron. La coordinación con el gobierno federal y sus secretarios ha sido continua y fructífera. Eso facilitó, por ejemplo, que hoy Tamaulipas cuente con el nuevo Puente Internacional Nuevo Laredo Tres. También se concluyó el Puerto de Matamoros que fue concesionado al Estado; la segunda línea del acueducto Guadalupe Victoria que garantizará el abasto de agua a la capital tamaulipeca; está por iniciar operaciones la Agencia Nacional de Aduanas. La deuda pública estatal se redujo en 700 millones de pesos y, en 2024, Tamaulipas resultó sin observaciones o montos por aclarar ante la Auditoría Superior de la Federación. En seguridad, el trabajo local y la coordinación con el gobierno federal lograron una reducción de 50 por ciento en los delitos de alto impacto.

Américo Villarreal ha sido acusado de tener supuestos vínculos con la delincuencia organizada, que él mismo ha desmentido. Eso no lo distrajo de su trabajo. Faltan tres años más y su compromiso sigue siendo el mismo desde que protestó el cargo: dedicar toda su energía y su tiempo a Tamaulipas.

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