La nueva ofensiva del expresidente Donald Trump contra los migrantes ha desatado una fuerte polémica en Estados Unidos y el mundo. En plena carrera presidencial, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) difundió a través de la red social X un cartel que invita a los ciudadanos a delatar a personas migrantes ante las autoridades migratorias.
El cartel, protagonizado por la figura del Tío Sam –ícono tradicional de propaganda estadounidense–, muestra a este personaje colocando una pancarta con el mensaje: “Ayuda a tu país… y a ti mismo… denuncia a todos los invasores extranjeros”. Debajo del mensaje, se incluye el número telefónico del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) para hacer reportes anónimos.
Para expertos en derechos humanos y migración, esta campaña representa una escalada en la retórica xenófoba que ha caracterizado a Trump. Afirman que criminaliza a personas por su origen, incita al odio y podría dar pie a detenciones arbitrarias, violaciones de derechos humanos y actos de violencia alimentados por el miedo.
Organizaciones defensoras de migrantes han condenado la iniciativa, a la que califican como una “cacería de brujas” que convierte a cualquier persona en sospechosa por el simple hecho de ser extranjera. Señalan también que el uso del término “invasores” es particularmente grave, pues deshumaniza y estigmatiza a comunidades enteras.
La campaña llega en un momento crítico, cuando el tema migratorio vuelve a ocupar un lugar central en el debate electoral de cara a las elecciones presidenciales de 2024. Mientras tanto, voces dentro y fuera de Estados Unidos exigen frenar esta estrategia y centrar el enfoque en políticas más humanas y justas.